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martes, 19 de abril de 2011

MARQUÉS DE SADE - BIOGRAFÍA

MARQUÉS DE SADE - BIOGRAFÍA

Para comprender mejor al Marqués de Sade, hay que situarlo en su contexto histórico y familiar. Nacido en Paris el 2-VI-1740, en el seno de una familia de la alta nobleza, paso parte de su infancia y adolescencia bajo la tutela de su tio el abad de Sade, gran amigo de Voltaire, al que más tarde describiría como: "Redomado hipócrita, viejo cobarde, huidizo y rijoso que no sabía estar sin la compañía del bello sexo, pese a su condición eclesiástica." Y es que en la época de Sade, la mayoría de los altos cargos eclesiásticos estaban en manos de los hijos segundones de familias aristocráticas que lejos de sentir el impulso religioso, vivían verdaderas orgias y bacanales en los cargos que desempeñaban. Reflejo de esta época pasada en compañía de su tío, son además de algunos pasajes de su obra, Justine o el infortunio de la virtud, su desdén hacia Dios y el clero. A los 17 años, formaba parte del ejército y marchaba a la guerra de los Siete Años contra Prusia. Como militar, Sade aprendió más aun sobre la violencia y la brutalidad. Acabo la guerra con el grado de Capitán. Se enamoro de una jovencita de Avignon, pero su familia lo caso con una joven adinerada llamada Renèe-Pélagie de Montreuil, y aunque su esposa resulto ser una compañera abnegada y fiel, que soporto y se sometió a todos sus caprichos, fue un matrimonio desafortunado.

De este matrimonio obtuvo Sade, por añadido, a dos de las mujeres que más influyeron en su vida, a su suegra, Mme de Montreuil "la Presidenta", mujer de carácter fuerte e inestimables contactos, causante de más de uno de los encarcelamientos que padecería Sade en su vida, tanto en cárceles como en manicomios. Y a su cuñada, Anne-Prospére de Launay destinada por su familia a seguir una carrera de religiosa, y quizás la única mujer a la que Sade amo realmente y por la que fue correspondido. Aunque esta ilícita relación les hubo de durar muy poco, ya que su suegra al descubrirlo les obligo a abandonarla, amenazándolo con la prisión y al no conseguir nada, encarcelándolo una vez más.

La primera vez que Sade ingreso en prisión, fue seis meses después de su boda, en octubre de 1763. Fue detenido tras la acusación de una prostituta, Jeanne Testard, con la que había pasado una noche de orgia, blasfemando y defecando en imágenes sagradas, mientras la sodomizaba y obligaba a su vez a renegar de Dios. En el lugar de los hechos se encontraron variados instrumentos de tortura, varas para azotar, disciplinas de alambre fino y de cuerdas, grabados eróticos y antirreligiosos, imaginería eclesiástica y hasta versos blasfematorios compuestos evidententemente con anterioridad, lo que mostraba a las claras que no se trataba de un hecho aislado, era uno más entre una larga serie que nunca se pudo descubrir. En aquella época en que casi todo estaba permitido, en que el libertinaje encubierto era lo común entre la aristocracia, fue detenido por atacar a la religión con sus impiedades y blasfemias. Gracias a los contactos de su familia y de su suegra, jamás fue juzgado, y obtuvo el perdón merced a una indulgencia real, aunque fue desterrado a su castillo de Echauffour.

Sade vivió veintisiete de sus setenta y cuatro años, entre prisiones y manicomios. La revolución francesa lo encontró prisionero en la bastilla, donde se perdieron muchos de sus escritos tras la liberación de la misma por parte del pueblo. Aun así, participo activamente en ella, con sus criticas y sus panfletos contra la aristocracia, el clero y la decadencia de la sociedad de la época, tanto que estuvo cerca de ser guillotinado, y finalmente fue encarcelado para siempre por Napoleón.

Donatien-Alphonse-François conde Desade, Marques de Sade, murió en el hospicio (Manicomio) de Charenton, el 30-XI-1814, de ni se sabe que. Sus últimas palabras, bien podían haber sido : "No sé si mi vida ha sido una vida frustrada, y en todo caso sé muy bien que cuando muera no moriré del todo, que nunca moriré del todo. Y también se por qué no hice nada, o apenas, pero lo imagine todo. Y la imaginación también es una manera de vivir y de conocer, y el conocimiento, bíblico o no, es la vida"

El Marqués de Sade baso su filosofía en una sencilla premisa, nadie ni nada hay más importante que uno mismo. Es ilógico pues negarse ningún placer, ninguna experiencia, ninguna satisfacción. Mientras nos sintamos complacidos ya sea en nuestros sentidos como en nuestras ideas, todo nos es válido. Nada de buscar escusas en la moral, la religión, o las costumbres. Solo disponemos de esta vida para complacer nuestros deseos y no es cuestión de desaprovecharla, en aras de los deseos o necesidades ajenos. Seguir los dictados de la moral establecida, si esta no coincide con nuestros deseos, no es más que actuar de manera hipócrita hacia nosotros mismos. Sade nunca llego a vivir de manera plena de acuerdo con todas sus teorías, como ser social hubo de limitarse a plasmarlas en sus escritos. He aquí algunas muestras de su pensamiento:

DIOS: Dios...al que los tontos tienen por autor de todo lo que vemos, no es sino el nec plus ultra de la razón humana, el fantasma creado en el instante en que la razón no ve nada para ayudarla en sus operaciones... solo un insensato puede creer en él. Fruto del temor de unos y de la debilidad de otros... ese abominable fantasma es inútil al sistema de la tierra. Infaliblemente estorbaría, porque su voluntad, justa por definición, jamás podría aliarse con las injusticias esenciales a las leyes de la naturaleza; el debería desear constantemente el bien, en tanto que la naturaleza lo desea solo en compensación del mal que sirve a sus leyes...

LOS AZOTES: En el colegio, fui azotado por mis maestros, pero sin placer alguno. Los azotes que se reciben en las orgias sexuales -o que se perpetran- son muy distintos, se gradúan de otra manera, se dirigen sobre todo a soliviantar y despertar nervios ya fatigados, cosa que nadie parece tener en cuenta cuando se habla de uno de mis deportes favoritos.

LA VIRTUD: Renunciad a las virtudes, ¿Hay un solo sacrificio que pueda hacerse a esas falsas divinidades y que valga un minuto de los placeres que se gozan ultrajándolas? La virtud no es más que una quimera y su culto consiste solo en inmolaciones perpetuas, en innumerables revueltas contra las inspiraciones del temperamento. ¿Semejantes gestos pueden ser naturales? ¿Aconseja la naturaleza aquello que la ultraja?...

HOMOSEXUAL NO; SODOMITA SI: No hay nada más hermoso, mas cerrado al principio, que esa novena puerta que se abre hasta extremos inverosímiles al compas del combate mas desenfrenado.

PECADO: Nunca se peca bien sin saber cómo y por qué. Lo demás es pura inconsciencia, y sin conciencia no puede haber pecado, ni placer. Solo el ser consciente es capaz de sentirse y ser feliz.

SUS OBRAS: Yo desde luego, jamás he sido un escritor realista, Utilizo lo real y lo trasciendo, lo llevo hasta mas allá de cualquier limite, me sirve de palanca para negarlo, destrozarlo, y así revelarlo mejor, lo exagero hasta convertirlo en una fantasía, en una alegoría, en toda una simbología de nuestra condición humana.

Una versión de los pensamientos de Sade, quizás mas suave, es la que pone en su boca, Rafael Conte, en su libro Yo Sade:

Algunos me tratan de loco, y hasta hay médicos que empiezan a relacionar mi nombre con algunas perversiones -así las llaman- sexuales. Nunca he entendido que haya límites en el sexo, que el cuerpo humano tenga otras fronteras que su piel y sus huesos. Limitar el sexo es un pensamiento carcelario, ponerle fronteras al placer es como intentar poner puertas al campo. El deseo es el motor del universo, el origen del hombre y su final, y nada podemos contra ello.

Yo también me dispongo a morir, aunque todavía no quiero, y me arrastro, empujo mi enorme cuerpo inflado vestido de harapos, y digo y proclamo que yo soy mi destino, que yo me lo he construido paso a paso, que he amado, leído y escrito sin cesar hasta hoy mismo, que he investigado porque el hombre es desgraciado, y que en la búsqueda del placer no me he detenido ante nada ni ante nadie. Y al final sigo creyendo que el culpable es Dios, mejor dicho, ya que no existe, es esa idea de un Dios que la desgracia de los hombres les empuja a fabricar. Y repito: Dios es el único error que no le puedo perdonar al hombre.

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